El mundo de la aviación se encuentra consternado tras la colisión mortal entre un avión de pasajeros y un helicóptero militar en el espacio aéreo de Washington D.C., considerado uno de los más controlados del mundo. El accidente, ocurrido el miércoles por la noche, dejó sin vida a las 67 personas que viajaban en ambas aeronaves.
¿Fue un error humano o una falla en el control aéreo?
Un helicóptero Black Hawk del ejército estadounidense, con tres tripulantes a bordo, chocó contra un avión de American Airlines que transportaba a 64 personas. La colisión ocurrió segundos antes de que el avión de pasajeros aterrizara en el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan. Ambos aparatos cayeron al río Potomac, desatando una operación de rescate y recuperación de los restos.
Aunque las autoridades aún desconocen la causa exacta del accidente, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) anunció que publicará un informe preliminar en los próximos 30 días. Mientras tanto, los equipos de rescate ya recuperaron las cajas negras del avión, las cuales podrían revelar detalles cruciales sobre lo sucedido.
Sin embargo, el accidente ha generado múltiples interrogantes. Un día antes, otro avión tuvo que desviarse en el último momento para evitar chocar con un helicóptero, lo que ha puesto en duda la eficacia del control aéreo en la zona.
¿Eran suficientes los controladores aéreos?
Según fuentes citadas por CBS News, solo un controlador aéreo estaba de turno la noche del accidente, a pesar de que lo habitual es que dos personas gestionen el tráfico aéreo de helicópteros y aviones en el Aeropuerto Reagan. Un informe preliminar de la Administración Federal de Aviación (FAA) calificó esta situación como “no normal” para el volumen de tráfico aéreo en esa hora.
Aunque no es inusual que un solo controlador aéreo maneje ambas tareas después de las 21:30, cuando el tráfico aéreo disminuye, el supervisor permitió que uno de los controladores se retirara antes de esa hora, dejando a su compañero con una carga de trabajo excesiva.
Además, el incidente previo, en el que un avión de Republic Airways tuvo que abortar su aterrizaje debido a la proximidad de un helicóptero, ha aumentado las sospechas sobre la gestión del espacio aéreo.
¿Por qué no evitaron la colisión?
El espacio aéreo de Washington D.C. es uno de los más restringidos del mundo, diseñado para proteger edificios gubernamentales como el Pentágono y la Casa Blanca. Sin embargo, la zona también registra un alto tráfico aéreo, incluyendo aviones comerciales, helicópteros privados y helicópteros militares.
Jeff Guzzetti, exinvestigador de la FAA, reveló que el piloto del helicóptero había confirmado tener al avión “a la vista” y que intentaría separarse visualmente de él. Poco después, ocurrió la colisión. Esto ha llevado a preguntarse qué falló en la comunicación o en los sistemas de seguridad.
Expertos como Philip Butterworth-Hayes han señalado que el accidente ocurrió en una zona donde confluyen sistemas civiles y sistemas militares, lo que aumenta el riesgo de errores. Aunque el espacio aéreo de Washington D.C. es considerado el más seguro del mundo, esta tragedia ha expuesto posibles fallas en su gestión.
Mientras las investigaciones continúan, el accidente ha dejado al descubierto la complejidad de operar en un espacio aéreo tan congestionado y controlado, donde incluso los pilotos más experimentados pueden enfrentarse a situaciones críticas.