Ante la incertidumbre de los precios internacionales y la falta de disposición de los industriales para negociar, el grupo Producción y Progreso de Baja California ha decidido no sembrar trigo en el ciclo agrícola 2024. Esta decisión impacta directamente en cerca de 1,000 hectáreas de cultivo y 6,000 toneladas de cereal, dejando a los agricultores sin una opción viable para continuar con este cultivo este año.
En una rueda de prensa, Ricardo Muñoz Silva, dirigente de la agrupación, explicó que desde hace meses han buscado reuniones con los industriales para establecer acuerdos antes de la siembra, que comenzó el 15 de noviembre y concluye el 31 de diciembre. Su objetivo era contar con un contrato previo que les permitiera conocer las condiciones económicas de la siembra, asegurando que no perderían dinero en el proceso. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, la respuesta fue negativa, ya que los industriales no estaban dispuestos a negociar hasta principios del próximo año.
Factores que afectan el precio
Muñoz Silva expresó su frustración, destacando que los agricultores no pueden estar expuestos a la incertidumbre provocada por factores externos como terremotos, tsunamis o guerras, que pueden alterar el precio de la tonelada de trigo de forma impredecible. Las empresas, como La Moderna, Harinera del Rosal, La Bonfil y Agrovizion, están ofreciendo 207 dólares por tonelada, más 55 dólares adicionales, lo que da un total de 262 dólares por tonelada, equivalente a 5,240 pesos. Sin embargo, el costo de producción por hectárea asciende a 34,865 pesos, un monto superior a los ingresos que generarían con esta oferta.
Para equilibrar la balanza, los agricultores exigen que la industria pague un mínimo de 320 dólares por tonelada, un precio que consideran justo, ya que en años anteriores recibieron 385 dólares por tonelada, y 318 dólares el año pasado. Según Muñoz Silva, los industriales buscan pagar precios bajos, mientras que los costos de las harinas y pastas continúan aumentando.
La vicepresidenta de Producción y Progreso, María Lorenza López, también expresó su descontento con la situación. Criticó la falta de apoyo por parte del gobierno, que, según ella, ha mostrado una indiferencia total hacia el campo. Mencionó que en años pasados, los agricultores tenían buena comunicación con la gobernadora, pero actualmente no perciben interés alguno por parte de las autoridades.
Este conflicto ha llevado a los 36 miembros de Producción y Progreso a buscar alternativas, aunque la decisión de no sembrar trigo marca un punto crítico para la agricultura local. La situación refleja una creciente crisis en el sector agrícola, con agricultores que luchan por un precio justo mientras enfrentan un panorama incierto y la falta de apoyo tanto de la industria como del gobierno.
