En diciembre de 2024, el Senado aprobó un nuevo impuesto de 42 dólares para las personas que lleguen a México en cruceros, una medida que no fue bien recibida por el sector empresarial, especialmente en destinos turísticos clave como Baja California Sur.
El presidente de la Asociación Mexicana de Cruceros, Arturo Mussi Ganem, advirtió que esta nueva carga colocaría a los puertos mexicanos entre los más caros del mundo, lo que afectaría la competitividad de los destinos turísticos y podría llevar a las navieras a redirigir sus rutas.
El gravamen de 42 dólares afectaría la competitividad de puertos mexicanos
El impuesto plantea cambiar la clasificación de los pasajeros de cruceros, que actualmente son considerados visitantes temporales en tránsito, a turistas convencionales. Mussi argumentó que esta distinción ha sido fundamental para la industria, ya que los pasajeros de cruceros no pernoctan en los destinos, lo que los excluye de ser catalogados como turistas tradicionales.
El impacto económico de este gravamen podría ser considerable, ya que los costos adicionales harían que los cruceros que tocan puertos mexicanos, como Cabo San Lucas, resulten más caros en comparación con otros destinos globales.
Mussi añadió que, si bien los cruceros ya enfrentan costos por derechos de puerto y otros gastos operativos, este nuevo impuesto incrementará aún más los precios, lo que podría reducir el número de pasajeros y las inversiones en la región.
Empresarios del sector de cruceros buscan más tiempo para evaluar los efectos de la medida
A pesar de la controversia, el Senado otorgó un periodo de seis meses antes de la implementación del impuesto, lo que permitirá al sector realizar mesas de trabajo para analizar su impacto. Sin embargo, empresarios ya alertan que este periodo de gracia no es suficiente para garantizar que el número de arribos no disminuya o que la inversión en infraestructura no se vea afectada.
Aunque el gobierno de Baja California Sur ha pedido una prórroga para la implementación del impuesto hasta 2026, el gobernador Víctor Castro Cosío defendió la medida, comparándola con los cobros que enfrentan los mexicanos al ingresar a Estados Unidos. No obstante, los empresarios temen que el aumento de tarifas en los destinos turísticos clave, como Los Cabos, pueda alejar a los viajeros internacionales, afectando la industria de los cruceros.
Las previsiones para 2025 indicaban un incremento del 20% en los pasajeros, pero ahora las expectativas son inciertas debido a este nuevo impuesto.
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